Black Swan

La última película de Darren Aronofsky llega al cine aclamada por la crítica y con grandes expectativas de premios.

Darren Aronofsky es un director de películas conceptuales. Hasta ahora ha dirigido películas de bajo presupuesto pero de temas profundos y muy intensos. En su haber tiene PI, una película muy interesante acerca de la paranoia de un matemático que ha descubierto un número que le permite conocer el futuro; Requiem For a Dream, un filme que explora la adicción y el espiral de caos y destrucción en la vida de los adictos; The Fountain, una película muy instrospectiva acerca de la inmortalidad y como dejar partir a los seres amados; The Wrestler, la muy venerada película de un luchador de lucha libre que vive atrapado en la gloria del pasado y ahora nos presenta Black Swan, un drama sicológico que muestra la locura y la pasión para lograr una interpretación fuera de todos los límites.

Black Swan narra la historia de Nina que ha sido seleccionada para protagonizar el Lago de los Cisnes de Tchaikovsky. Nina, interpretada por Natalie Portman, enfrenta el problema de bailar tanto como el cisne blanco, que debe ser puro e inocente, como al cisne negro, que debe ser sensual y provocativo. Ella, obsesionada con el estilo y la técnica, está sufriendo para dar sentimientos carnales a su interpretación, y su desesperación se hila con la locura, con la bulimia, con la esquizofrenia y la belleza.

La película es genialmente hermosa. Con aires de documental en algunas escenas y con gran atención al baile y a la pureza de las líneas del ballet, Natalie Portman logra transmitir una fragilidad increíble. Su papel es excelente y más aún porque, aún cuando la película tiene más personajes, ella tiene el peso en los hombros de toda la trama. Ella carga la responsabilidad de bailar con técnica y con pasión. Ella carga el miedo y la ilusión. Ella es la película.

No quiero contar más, solo quiero decir que, al terminar, la emoción que Darren Aronofsky logra transmitir a través de su prima ballerina Natalie Portman es muy intensa y conmovedora. Escalofriante si se prefiere. Esta es, definitivamente, la mejor película de Darren Aronofsky, que quiso hacer de Black Swan una exploración de la interpretación de un arte por una artista atormentada. Me pregunto si Darren sufre lo mismo cuando hace una película, pues todos sus personajes siempre caminan al borde de la locura.

Lo mejor: Natalie Portman. Desde cualquier punto de vista.

Lo más interesante: la transformación de Nina. Cuando la veas, entenderás que quiero decir. Y el final revelador. Todo toma sentido en la última frase.

Mi calificación: 9 de 10. Es Genial.

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