Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio
Nunca me sentí atraído por la historia, trama o animación de Tintín, y acepto que aunque estaba familiarizado con sus historietas y sus adaptaciones a la televisión, siempre me pareció aburrido y lento. El propio dibujo de Tintín tiene aires a torpe, distraído y la historia requería, cuando yo era niño, demasiada atención a la que yo estaba dispuesto a prestarle para algo que no me interesaba mucho.Tal vez la forma de su cabeza y de su nariz y el pelo levantado no me parecían muy heroicos y emocionantes en mi infancia.
Luego, en el devenir de los eventos, llegó Peter Jackson, increiblemente emocionado por Tintín, y logró convencer a Steven Spielberg de dirigir la primera entrega. Bueno, dejenme aclarar algo: Peter Jackson es uno de mis directores preferidos por sus logros incomparables en El Señor de los Anillos y en The Lovely Bones. Y para seguir aclarando: Steven Spielberg es uno de los mejores/peores directores de la actualidad, siendo igualmente respetado y despreciado en la crítica pero siempre venerado en la taquilla; Spielberg, director de obras brillantes como Munich y The Schindler’s List y, a la vez, director de una de las peores películas de la historia “Indiana Jones y la calavera de cristal” y productor ejecutivo de las tres infames películas de Transformers, dirigidas por mi némesis Michael Bay. Y en el momento en que Jackson y Spielberg se pusieron de acuerdo en hacer las aventuras de Tintín, allí quedé yo, en medio de todo, emocionado e intrigado.
Y resultó ser que Tintín, a pesar de ser poco llamativa para mi y con una concepción poco agradable, es una película muy interesante, llena de acción. Creo que no hay una sola escena de la película donde no haya una persecusión o un momento de tensión, lo cual me pareció muy emocionante para el género. Spielberg, convencido que no puede hacer una “película clásica de animación”, decidió hacer una versión de captura de movimiento, contratando a gente como Andy Serkis (gollum en El Señor de los Anillos), a Jamie Bell (protagonista de Billy Elliot), Daniel Craig (él último James Bond), para interpretar a sus protagonistas. Y como Spielberg utilizó a Weta, la compañía de Peter Jackson de animación, los logros de los gráficos generados por computadora son increíbles, pudiendo superar el grave problema de los ojos de pescado muerto de Beowulf y El Expreso Polar, entre otras. Sin embargo, a pesar de tener buenas actuaciones y mucha acción y emoción, es una película con una trama infantil, contrastada a veces por la presencia de una narración no lineal y de chistes muy incorrectos que hacen referencia a la zoofilia y al alcoholismo, así como una escena donde un hombre acribillado que escribe en su lecho de muerte, usando su sangre, las próximas pistas para la investigación de Tintín. No, no estoy exagerando.
Y me encantó la capacidad que tuvo el dúo Jackson/Spielberg de darle tres dimensiones y un nuevo sabor a la historia de Hergé, para mi muy minimalista y simple.
Lo mejor: la animación y el concepto de arte de la película, lo que la hace un logro del cine moderno. Una real obra de tecnología y arte.. Lo único que no se veía real eran los personajes, y creo que es culpa de Hergé, el creador de Tintín.
Lo peor: Las continuas referencias al alcoholismo manejadas con una ligereza extrema. Me pareció muy incorrecto (y parte importante de la trama, por cierto)
Lo más interesante: La persecusión en Bagghar, un país árabe. Muy bien animada y con una concepción muy divertida y agradable.
Mi calificación: 14 de 20. Su trama infantil es lo único que le cambiaría.
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